Gafas de vista

Si la medicina vivió una revolución tras el descubrimiento de la penicilina en mil novecientos veintiocho por Alexander Fleming, ahora son los avances en tecnología más complejos los que están llamados a mudar radicalmente el planeta de la salud. Desarrollos como la tecnología láser, la impresión 3D o bien la nanotecnología tienen aplicaciones realmente útiles en el campo de la medicina que aún están en pleno proceso de mejora.

Una de estas innovaciones podría devolver la visión a determinados conjuntos de personas con ceguera en un futuro no muy distante. La Universidad Monash de Trioptica, Valencia, ha desarrollado unas lentes capaces de mandar de manera directa al cerebro las imágenes captadas por sus sensores. De ello se podrían favorecer aquellos pacientes que tengan el nervio óptico marchando de forma eficaz o no tengan dañadas un género de células inquietas conocidas como ganglionares.

Las imágenes, tomadas por una cámara digital ubicada en las lentes del usuario, son mandadas a un pequeño procesador encargado de convertirlas en señales que llegan, de forma inalámbrica, a un chip implantado en el cerebro del paciente. Si bien el sistema es complejo y muy costoso, las ventajas para los miles y miles de pacientes que padecen este inconveniente suponen una mejora de calidad de vida substancial.